jueves, 28 de febrero de 2013

CERTIFICACIÓN ENERGÉTICA DE EDIFICIOS

En breve el gobierno exigirá que todas las viviendas usadas que se vendan o alquilen cuenten con un certificado energético tal y como exige la normativa europea. Este certificado  describe lo eficaz que es una vivienda en cuanto al consumo de energía.
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Hasta ahora en España sólo se exige un documento semejante para los edificios de nueva construcción o grandes rehabilitaciones, pero la directiva de 2002 y la modificación que de ella se hizo en 2010 obligan a que la eficiencia energética también se promueva para los edificios y viviendas usadas. de este modo, obliga a que cada vivienda que salga al mercado en cualquier estado de la unión europea, ya sea en venta o en alquiler, nueva o de segunda mano, tenga disponible para el comprador / inquilino este certificado de eficiencia energética cuya validez es de un máximo de 10 años

Exclusiones
No todas las edificaciones están obligadas a poseerlo, quedan excluidas:

-Edificaciones que por sus características de uso permanezcan abiertas.
-Edificios y monumentos protegidos.
-Edificios utilizados como lugares de culto.
-Construcciones provisionales con un plazo previsto de utilización igual o inferior a dos años.
-Edificios industriales y agrícolas, destinados a talleres, procesos industriales y agrícolas.
-Edificios aislados con una superficie útil total inferior a 50 m
-Edificios de sencillez técnica y de escasa entidad constructiva sin carácter residencial o público, de forma eventual o permanente, se desarrollen en una sola planta y no afecten a la seguridad de las personas.  
-Edificios que se compren para su demolición.
-Viviendas destinadas a ser utilizadas durante menos de cuatro meses al año, o durante un  tiempo limitado al año y con un consumo previsto de energía inferior al 25 % de lo que resultaría de su utilización durante todo el año.

¿De qué informa certificado?
El certificado informa sobre las demandas de calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria e iluminación. Describe pues las características energéticas del edificio, su envolvente térmica, instalaciones, las condiciones normales de funcionamiento y ocupación, las condiciones de confort térmico y lumínico, la calidad de aire interior y demás datos utilizados para obtener la calificación de eficiencia energética del edificio.
Los niveles se reflejan en una etiqueta similar a las que ya se utilizan en los electrodomésticos y que indica lo eficiente que es en cuanto al consumo de energía. (actualmente esta etiqueta ya se usa para las casas de nueva construcción) y clasifica cada inmueble con un código de color según una escala que va de la categoría “A”  (la más eficiente) a la “G” (la menos eficiente).
También ofrecerá  recomendaciones para la mejora de los niveles  de la eficiencia energética pudiéndose referir a:
- Medidas para  reformas importantes de la envolvente o de las instalaciones técnicas.
- Medidas relativas a elementos de un edificio.
Las recomendaciones incluidas en el certificado de eficiencia energética serán técnicamente viables en el edificio concreto y podrán incluir una estimación de los plazos de recuperación de la inversión o de la rentabilidad durante su ciclo de vida útil.

Emisión y validez
El borrador del Real Decreto del Ministerio de Industria indica que el certificado de eficiencia energética ha de ser otorgado por un técnico habilitado para la realización de proyectos de instalaciones térmicas o de proyectos de edificación, en base a un programa informático de certificación reconocido oficialmente. Su validez es de diez años renovables o hasta la realización de una reforma de importancia.

Obligatoriedad
A partir de la entrada en vigor de esta ley, los inmuebles habrán de disponer obligatoriamente del mencionado certificado e incluir la etiqueta en cualquier oferta o publicidad dirigida indistintamente a la venta o alquiler. 
A falta de concretar este aspecto, sí que se tienen prevista la existencia de sanciones para los propietarios que anuncien su casa sin disponer de un certificado de eficiencia energética.

Coste 
Dada la obligatoriedad de su obtención, esto implicará dos tipos de costes para el propietario.
            
-El primero será el coste directo de la obtención del certificado, que puede variar dependiendo del  tamaño del inmueble, si se hacen en solitario o simultáneamente con la comunidad....

-El segundo coste es el que el propietario quiera asumir para mejorar la calificación obtenida en base a las medidas indicadas en el documento

Inconvenientes
Puesto que se estima que la gran mayoría de viviendas construidas antes la entrada en vigor del CTE (Código Técnico de Edificacion) de 2007 obtendrá una mala puntuación, se prevé que muchos propietarios se verán en la necesidad de acometer obras de mejora si quieren hacer más atractivo su inmueble. 
Una vivienda con una eficiencia energética A puede reducir su factura entre un 20 a un 30% respecto a una calificada como C o D, por lo que la en unos cinco años podría amortizarse la inversión realizada.

Ventajas
Si el inmueble por contra, obtiene una buena calificación, queda situado en una posición ventajosa en el mercado inmobiliario.
Conocer la eficiencia energética del inmueble, y por tanto la diferencia del coste en energía que puede suponer cada mes, es un factor a tener en cuenta en la compra o alquiler. Esa diferencia de consumo mes a mes puede suponer a final de año una importante cantidad de dinero desembolsado o no.
No hay que olvidar además que una disminución del consumo energético se traduce en una disminución de las emisiones de CO2 y por tanto en una mejora global del medio ambiente.


Socitek Levante Ingenieros





viernes, 15 de febrero de 2013

CÉLULAS SOLARES FLEXIBLES

Cuando pensamos en placas solares siempre nos viene a la cabeza la imagen de los paneles solares rígidos que habitualmente encontramos instalados en tejados o en campos solares. Pero de unos años a esta parte se está avanzando en el estudio y desarrollo de células solares flexibles, más ligeras y más sencillas de colocar. Vamos a ver las diferentes soluciones que están ofreciendo los investigadores.
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En primer lugar ya se pueden encontrar en el mercado paneles solares flexibles, que no presentan mayor innovación tecnológica que la de depositar  sobre un soporte flexible una película fina de células solares.

La composición de estas células es igual a las de los paneles rígidos, sólo que de menor espesor.

Un paso más allá, la Universidad de Stanford está desarrollando las primeras células solares finas y adherentes, que permitirían que fueran pegadas como si fueran tiritas, sobre casi cualquier superficie, tal y como explican en el siguiente artículo de Scientific Reports.
El proceso de fabricación de estas células se realiza mediante el depósito de una película de níquel de 300 nanómetros de grosor sobre una oblea de dióxido de silicio y de silicio. 
A continuación, las células solares de película delgada se depositan sobre esta capa de níquel  y luego se cubren con una capa de un polímero protector. Entonces se une una cinta de transferencia térmica a la parte superior de las células solares para aumentar la transferencia externa de estas hacia un sustrato nuevo. 
En ese momento, la célula solar está lista para ser despegada. Para separarla, se sumerge en agua, a temperatura ambiente, y se separa levemente el borde de la cinta de transferencia térmica. La célula solar queda así liberada del sustrato rígido inicial, pero aún permanece unida a la cinta de transferencia térmica.


A continuación, se calienta esta cinta y la célula solar a 90 °C durante varios segundos, lo que hace que la célula se pueda aplicar a prácticamente cualquier superficie usando cualquier adhesivo. Por último, la cinta de transferencia térmica se retira, dejando sólo la célula solar pegada al sustrato escogido. 
Las pruebas realizadas han demostrado que este proceso de despegar y pegar las células es fiable y permite que las células solares de película fina se mantengan totalmente intactas y funcionales.


Quizá el avance más vistoso sea el logrado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology), logrando células fotovoltaicas imprimibles sobre cualquier material, ya sea papel, tela, plástico, PET...,sin que sea necesario que el material esté tratado previamente.
El proceso se realiza mediante la impresión por sublimación, es decir pasando pigmentos en estado sólido a vapor en una cámara de vacío de una impresora similar a las impresoras de inyección. Con unas pasadas se depositan las distintas capas necesarias y se obtiene un grupo de células fotovoltaicas al que se le conectan unos cables y ya está listo para funcionar.


Ofrece una reducción de costes y una durabilidad de al menos de un año, y aunque la potencia que ofrece es  pequeña, puede ser suficiente para pequeños dispositivos electrónicos. 

También en el MIT, aunque dependiendo de otro equipo de investigación, se ha producido una nueva clase de célula fotovoltaica basada en láminas de grafeno flexible cubiertas con una capa de nanocables. Este enfoque de diseño permite obtener células solares baratas, transparentes y flexibles, que podrían instalarse en ventanas, tejados u otras superficies.

Actualmente, el ITO (Oxido de estaño e indio)  es el material típico para los electrodos transparentes usados en las pantallas táctiles de dispositivos como los smartphones. Pero el indio es un material escaso y caro, mientras que el grafeno está hecho de carbono, mucho más abundante y barato. Es por ello que este nuevo material , puede ser una buena alternativa al ITO, ya que además de su costo más bajo, proporciona otras ventajas, como flexibilidad, bajo peso, robustez mecánica y estabilidad química.


Construir nanoestructuras semiconductoras directamente sobre una superficie de grafeno pura sin dañar sus propiedades eléctricas y estructurales es complicado debido a la estructura estable e inerte del grafeno. Para lograrlo, se han empleado una serie de capas poliméricas para modificar sus propiedades, lo que  permite unirle una capa de nanocables eléctricos de óxido de cinc, y encima una cubierta de un material que reacciona ante las ondas de luz.
A pesar de estas modificaciones, las propiedades innatas del grafeno permanecen intactas, proporcionando ventajas significativas para el material híbrido resultante.
Además, en el nuevo material se puede usar un proceso que no exige temperaturas mayores de 175 grados centígrados para depositar nanocables de óxido de zinc en los electrodos de grafeno. Las células solares de silicio suelen afrontar procesos de elaboración con temperaturas muy superiores.


Fuentes:      Universidad de Stanford
              ACS Publications
             
        

viernes, 8 de febrero de 2013

POLÍMEROS ELECTROLUMINISCENTES ¿EL FIN DE LA LUZ FLUORESCENTE?


La Electroluminiscencia es la emisión de luz por parte de un material cuando es sometido a la aplicación de un voltaje. Dicha propiedad es  utilizada en los leds orgánicos (OLEDs) y ahora yendo un paso más allá, un equipo de la Universidad de Wake Forest,  (Carolina del Norte EEUU), liderado por David Carrol * ha desarrollado una nueva y revolucionaria tecnología llamada FIPEL (Field-Induced Polymer Electroluminescent o Polímeros Electroluminiscentes por Campo Inducido).  
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A mucha gente la luz de los tubos fluorescentes les resulta desagradable, y aunque las últimas generaciones de tubos y balastos han mejorado su calidad, el zumbido y las vibraciones que emiten en algunos casos pueden llegar a fatigarles la vista.

La iluminación basada en la tecnología FIPEL ofrece una luz blanca y suave que nada tiene que ver con la luz blanco-amarillenta de los tubos fluorescentes o la luz blanco-azulada de los LEDs.

Estas lámparas están realizadas en base a una matriz nanoestructurada de polímeros que convierten la carga eléctrica en luz. Esto ha permitido a los investigadores crear un nuevo tipo de bombilla que además supera  los obstáculos existentes en la utilización de la iluminación basada en plástico tanto en edificios comerciales como en viviendas. Las investigaciones que respaldan esta tecnología se describen en un estudio aparecido online en la revista Organic Electronics.

El dispositivo se compone de tres capas de polimeros moldeables y emisores blancos mezclados con una pequeña cantidad de nanomateriales que brillan cuando se excitan eléctricamente, creando una luz blanca brillante similar a la luz solar. También pueden realizarse para que emitan luz de cualquier color y fabricarse en cualquier medida, lo que les permitiría reemplazar las bombillas existentes. 

Este nuevo tipo de  iluminación es  al menos el doble de eficiente que la fluorescencia compacta (lo que conocemos como bombillas de bajo consumo), e igual a la tecnología LED. Además son menos frágiles y contaminantes  que las fluorescentes.
Otra ventaja añadida es su larga duración. El equipo de Carroll tiene una lámpara que lleva funcionando diez años. 

El equipo de Carrol es el primero en fabricar una lámpara FIPEL que puede reemplazar a los típicos tubos fluorescentes instalados en muchos hogares y oficinas. Otros usos posibles para esta tecnología pueden ser las pantallas de señalización en autopistas, o estaciones, marquesinas.....

El grupo de Wake Forest está trabajando con una empresa para comenzar a fabricar lámparas con esta tecnología que podría estar disponible al público el año que viene. 



*D.Carroll es el Director del Centro Nanotecnología y Materiales Moleculares en la Universidad de Wake Forest. Los científicos del centro han desarrollado innovadoras tecnologías incluyendo células solares plásticas de elevada eficiencia, o el Power Felt, un tejido que usa el calor corporal para cargar pequeños dispositivos electrónicos.

Más información : Wake Forest University