Un novedoso y radical enfoque en el diseño de baterías, desarrollado por investigadores del MIT, podría proporcionar una alternativa ligera y económica a las baterías existentes para los vehículos eléctricos y para la red eléctrica. Esta tecnología podría incluso recargarlas tan rápida y fácilmente como se reposta combustible en un coche convencional.
Fluido semisólido "El Crudo de Cambridge" |
Una importante característica del nuevo diseño es que separa las dos funciones de la batería (almacenar energía hasta su uso y cederla cuando se necesita ) en dos estructuras separadas físicamente. En las baterías convencionales la carga y la descarga tienen lugar en la misma estructura. Separar estas funciones hace que su diseño sea más eficiente.
El nuevo diseño podría hacer posible reducir el tamaño y el coste del sistema completo de baterías, incluyendo soportes y conectores hasta aproximadamente la mitad del actual.. Esta reducción podría ser la clave para hacer los coches eléctricos competitivos frente a los convencionales.
Otra ventaja potencial es la posibilidad de “repostar” la batería extrayendo el líquido usado y repostando líquido nuevo previamente cargado, o bien cambiar directamente los tanques como si fuera un cambio de neumáticos, manteniendo también la opción de la simple recarga mediante conexión a la red eléctrica cuando se disponga de tiempo.
Las baterías de fluido han existido durante mucho tiempo, pero se han usado líquidos con muy baja densidad energética (cantidad de energía que pueden almacenar en el volumen dado )
Debido a ésto, las baterías de fluido quitan mucho más espacio que las células de fuel, y requieren un rápido bombeo de su fluido reduciendo mucho su eficiencia.
Las nuevas baterías de fluido semisólido desarrolladas por Chiang y sus colegas salvan esta limitación mejorando hasta 10 veces la densidad energética de las actuales baterías de fluido y bajando el coste de fabricación de las baterías convencionales de litio. Como el material es energéticamente elevado no necesita bombearse rápido para suministrar su energía. “
La suspensión se asemeja a una sustancia pegajosa negra y podría acabar usándose en lugar del petróleo para el transporte de ahí su sobrenombre “El crudo de Cambridge”
La suspensión se asemeja a una sustancia pegajosa negra y podría acabar usándose en lugar del petróleo para el transporte de ahí su sobrenombre “El crudo de Cambridge”
La idea clave del equipo de Chiang fue ver si era posible combinar la estructura básica de las baterías de fluido acuoso con la de las baterías de litio reduciendo sus materiales sólidos hasta hacerlos diminutas partículas que pudieran ser llevadas en una suspensión líquida (similar al modo en que las arenas movedizas se mueven como si fueran un líquido a pesar de componerse mayoritariamente de partículas sólidas)
Además de sus potenciales aplicaciones en vehículos el nuevo sistema de baterías puede utilizarse para grandes tamaños a bajo precio. Esto las haría muy adecuadas para almacenamiento eléctrico a gran escala, principalmente para las fuentes intermitentes e impredecibles como la energía eólica o la solar.
Extraido de MIT News.
Puede leer la noticia completa aquí