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Este calor que en forma individual no es una cantidad significativa, al concentrarse cientos de personas es muy importante. A partir de estas consideraciones se ha desarrollado un novedoso sistema de calefacción desde la estación central de Estocolmo (Suecia).
Por esta estación pasan cada día 250.000 personas, que emiten calor. Normalmente es desaprovechado, pero los ingenieros de la empresa pública sueca Jernhusen (gestora de las estaciones de tren del país) han diseñado un sistema para recoger este calor sobrante a través de pequeñas bombas y poder aprovecharlo para calentar un edificio anexo.
De este modo se aprovecha este calor que antes era expulsado a través de ventanas y puertas abiertas o con la ayuda de ventiladores que a su vez emitían aún más calor. Se utiliza el calor que generan las personas en movimiento, el de los puntos donde se da una gran concentración de personas y el excedente de algunas máquinas de refrigeración que hay en la estación, como en las cafeterías, sin necesidad de introducir grandes cambios ni efectuar grandes inversiones. Esto demuestra que el cambio hacia la sostenibilidad, aunque a veces requiere alta tecnología, también puede efectuarse con los elementos infraestructurales disponibles.
¿Cómo funciona?
Los gestores del sistema simplemente observaron que en invierno se daba una paradoja. Por un lado debido a las frías temperaturas de Estocolmo se tenía que gastar en calefacción pero por otra parte, en algunas partes se tenía que refrigerar un poco porque el calor era excesivo, sobre todo en algunos locales y puntos de la estación. Entonces fue cuando surgió la idea de aprovechar el exceso de calor para ser utilizado como calefacción pero no en la estación, que ya tenia suficiente, sino en otro lugar: un edificio anexo complementario de la estación ya que ha sido pensado para alojar servicios.
¿Cómo se lleva el calor al otro edificio?
El calor se traslada conectando, en primer lugar, puntos como las máquinas refrigerantes cuyo excedente es precisamente el calor, a intercambiadores de calor que están conectados a unos conductos que llegan hasta el nuevo edificio anexo, donde otros intercambiadores transfieren el calor transportado a la calefacción central del edificio.
¿Qué coste ha supuesto esta instalación?
El gasto en implantar el sistema no llega a 50.000 euros y se consigue una reducción del 20% de los costes de calefacción del nuevo edificio.
El edificio anexo recibe un 30% del consumo de sus sistemas de calefacción. Cabe añadir que este nuevo edificio en si mismo está diseñado con criterios de máxima eficiencia energética. En el transporte habrá, como es normal, pérdidas de energía pero éstas se han minimizado
El sistema puede ser calificado como primer intento de transferencia de calor de un edificio a otro. Servirá de referente para utilizar la energía generada por la población urbana, tanto en instalaciones públicas como en el ámbito privado.
Fuente:Ecourbano
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